Ah sí?

"Tu libertad termina dónde empieza la del otro." Siempre me ha parecido una frase que con tan poco dice tanto. Pero se nos va de las manos señores, la ética se nos escapa. Ya nadie sabe situar el límite y es sobrepasado más a menudo que los 100 km/h en una competición de F1. Voy a ir poniéndome el traje de luto, porque la estamos asesinando lentamente, la matamos con los putos prejuicios. Convencionalismo, tabú, aprensión, obcecación, llamarlo como queráis pero todo es al fin y al cabo lo mismo, la costumbre de ponerle a todo una etiqueta. No, porque escuche esta música no soy así, porque me ponga esta camiseta, porque lleve un pircing, porque tenga este fondo de pantalla, porque vea este tipo de cine. NO. Porque tú seas un cuadriculado, que no salgas de tu mini-mundo de ideas retrógradas y prefijadas no significa que todo se resuma tanto como tu capacidad de criterio. Te crees muy moderno, y al fin y al cabo cada vez que abres la boca demuestras ser un burdo troglodita. 
La gente ya no cree en Dios, ahora se cree el propio Dios. Se han otorgado el poder de obrar o no obrar según su antojo sobre los demás, creen que eso está dentro de su alcance y lo que no saben es que están a años luz de poder tener semejante privilegio. 
Mientras tanto voy a seguir coleccionando absurdas etiquetas implantadas por críticos lamentables.


Comentarios

  1. Lo peor de todo es que ya no podemos hacer nada, simplemente sentarnos y esperar a que la montaña de post-it con cada idea prefijada que tienen de nosotros nos oculte completamente. Hoy en dia no basta con ser feliz con una persona, parece que para la amistad lo único que se necesita es una mente igual de vacía y un exterior idéntico, no vaya a ser que te apartes de la normalidad y seas llamado bicho raro. Una vez más, otro razón para convertirme en un ermitaño. Como siempre, me ha encantado, espero que vuelvas a pillar el ritmo.
    Mario.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares