Indie-ferencia.

Miles de presentimientos que se quedan estancados en el camino sin llegar a ser sentimientos. Tenemos las palabras, pero no sabemos como ordenarlas de forma coherente. Y así nos pasa, que vivimos en esta constante incomprensión, que ni tú sabes lo que quiero ni yo lo que piensas. Al final como siempre la solución es la vía fácil, la intravenosa. O la inhalada. O la esnifada. O la fumada. Porque nos resulta mejor encontrarnos a nosotros mismos que dejar que otros lo hagan. Nos escondemos bajo nuestros miedos. Si no hay riesgo no hay pérdida, pero hay imposibilidad para optar al premio. Tu mente se cierra y mis piernas con ella. Aunque a veces sobren las palabras (ya la ropa) otras son necesarias. Disfruta de tu mundo, si es que no terminas ahogándote en él. En ti.