Ella.

La mujer galápago del caparazón impenetrable,
la Capitana América de escudo poderoso,
la de los pensamientos insondables.
La que da sentido a la palabra hermética,
la de los sentimientos congelados,
la que se hunde para llegar a lo más alto.
La de la realidad distorsionada,
la que transforma pérdidas en ganancias,
la que no cree en principios si no en finales.
La que se pierde para encontrarse
y a la vez se esconde para no ser localizada.
Los silencios que jamás debieron ser corrompidos.
el último suspiro cuando ya no queda nada,
y el primero cuando aparece el primer resquicio de esperanza.
Todas las miradas perdidas que nunca fueron encontradas,
Todos los "vete" en forma de "quédate",
todos los atardeceres que se alargan hasta el amanecer,
las risas concentradas que ocultan cataratas internas.
La canción que te salva cuando ya no queda nada
y la que te destruye cuando creías que aún algo quedaba.
La excepción que desmonta todas las reglas,
la rebeldía con causa,
la que añade dos puntos más a los finales.
La que se tira de cabeza a la piscina vacía
porque sabe los gatos siempre caen de pie,
porque no le importa gastar una de sus 7 vidas.
Esa piedra con la tropezarías mil veces más,
la cicatriz más bonita que jamás nadie podrá tener,
el error que enmarcarías y no dejarías de admirar.

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